Temat: Poezja iberyjska i iberoamerykańska
Jorge Luis Borges (właściwie:
Jorge Luis Borges Francisco Isidoro Acevedo, 1899-1986) – światowej sławy poeta, pisarz i eseista argentyński, jeden z najwybitniejszych literatów iberoamerykańskich. Urodził się w zamożnej rodzinie kreolskiej, jego ojciec był adwokatem
i nauczycielem angielskiego, matka – tłumaczką. W domu rodzinnym mówiono zarówno po hiszpańsku, jak i po angielsku, toteż Jorge bardzo wcześnie nauczył się mówić biegle po angielsku, niektóre źródła podają nawet, że wcześniej opanował język angielski, niż rodzimy hiszpański.
W 1914 roku rodzina Borgesów wyjechała do Szwajcarii, gdzie Luis chodził do szkoły, nauczył się języka francuskiego i podstaw niemieckiego. Ponieważ dorastał w domu pełnym książek i klimatu sprzyjającego rozwojowi intelektualnemu, dość wcześnie oddał się pasji literackiej. Swoje pierwsze opowiadanie, wzorowane na „Don Kichocie” Cervantesa, napisał w wieku siedmiu lat. W 1919 roku wraca do Hiszpanii, gdzie bierze aktywny udział w życiu literackim, zaprzyjaźnia się m. in z poetą Gerardo Diego i krytykiem Guillermo de Torre, przystępuje do awangardowego nurtu literackiego tzw.
ultraistów, publikuje pierwsze utwory poetyckie i prozatorskie na łamach argentyńskiej prasy literackiej. W latach 1923-1929 wydaje trzy tomy wierszy: „Fervor de Buenos Aires” (Żar Buenos Aires, 1923), „Luna de enfrente” (Księżyc z naprzeciwka, 1923) i „Cuaderno San Martin” (Zeszyt San Martin, 1929). Jednocześnie uprawia krytykę i eseistykę literacką, dużo publikuje, zwłaszcza
na łamach pisma „Sur”. Rozgłos międzynarodowy zyskał głównie jako prozaik, jednak nigdy nie zaprzestał pisania wierszy, o czym świadczyć mogą zwłaszcza jego wiersze z ostatniego okresu życia, głębokie intelektualnie i przejmująco osobiste. Za swą twórczość literacką Borges był uhonorowany wieloma ważnymi nagrodami, m. in w 1979 roku hiszpańską
Nagrodą Cervantesa.
Twórczość Borgesa tłumaczyli na polski: Edward Stachura, Zofia Chądzyńska, Krystyna Rodowska, Andrzej Sobol-Jurczykowski, Leszek Engelking, Dorota i Adam Elbanowscy,
Maciej Świerkocki.
El mar
Antes que el sueńo (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuńara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
żQuién es el mar? żQuién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
żQuién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
przekład Edwarda Stachury pt. „Morze”
w temacie Marynistyka
Camden 1892
El olor del café y de los periódicos.
El domingo y su tedio. La mañana
y en la entrevista página esa vana
publicación de versos alegóricos
de un colega feliz. El hombre viejo
está postrado y blanco en su decente
habitación de pobre. Ociosamente
mira su cara en el cansado espejo.
Piensa, ya sin asombro, que esa cara
es él. La distraída mano toca
la turbia barba y saqueada boca.
No está lejos el fin. Su voz declara:
Casi no soy, pero mis versos ritman
la vida y su esplendor. Yo fui Walt Whitman.
przekład Edwarda Stachury pt. „Camden 1892”
w temacie Poeci poetom
El Golem
Si (como el griego afirma en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muńeco que con torpes manos
labró, para enseńarle los arcanos
de la Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los sońolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo:
Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga
y logró, al cabo de ańos, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. żCómo (se dijo)
pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?
żPor qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? żPor qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?
En la hora de la angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
żQuién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
przekład Edwarda Stachury pt. „Golem” w tematach:
Żydzi, judaizm i kultura żydowska w poezji i W zamieci słowa...
Arte poética
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueńo
que sueńa no sońar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueńo.
Ver en el día o en el ańo un símbolo
de los días del hombre y de sus ańos,
convertir el ultraje de los ańos
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueńo, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
przekład Krystyny Rodowskiej pt. „Ars poetica”
w temacie Czym jest wiersz?
Lo perdido
¿Dónde estará mi vida, la que pudo
haber sido y no fue, la venturosa
o la de triste horror, esa otra cosa
que pudo ser la espada o el escudo
y que no fue? ¿Dónde estará el perdido
antepasado persa o el noruego,
dónde el azar de no quedarme ciego,
dónde el ancla y el mar, dónde el olvido
de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura
noche que al rudo labrador confía
el iletrado y laborioso día,
según lo quiere la literatura?
Pienso también en esa compañera
que me esperaba, y que tal vez me espera.
przekład Doroty i Adama Elbanowskich pt. „Utracone”
w temacie Między zyskiem a stratą
Laberinto
No habrá nunca una puerta. Estás adentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extrańa
forma plural da horror a la marańa
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.
przekład Andrzeja Sobol-Jurczykowskiego pt. „Labirynt”
w temacie W labiryncie życia i poezji
Inny przekład, Edwarda Stachury,
wcześniej w tym samym temacie
Las cosas
El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ĄCuántas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrańamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.
przekład Andrzeja Sobol-Jurczykowskiego pt. „Przedmioty”
w temacie Poetyckie studium przedmiotu
Inny przekład, Edwarda Stachury, pt. “Rzeczy”
wcześniej w tym samym temacie
Elegía de un parque
Se perdió el laberinto. Se perdieron
todos los eucaliptos ordenados,
los toldos del verano y la vigilia
del incesante espejo, repitiendo
cada expresión de cada rostro humano,
cada fugacidad. El detenido
reloj, la entretejida madreselva,
la glorieta, las frívolas estatuas,
el otro lado de la tarde, el trino,
el mirador y el ocio de la fuente
son cosas del pasado. ¿Del pasado?
Si no hubo un principio ni habrá un término,
si nos aguarda una infinita suma
de blancos días y de negras noches,
ya somos el pasado que seremos.
Somos el tiempo, el río indivisible,
somos Uxmal, Cartago y la borrada
muralla del romano y el perdido
parque que conmemoran estos versos.
przekład Krystyny Rodowskiej pt. „Elegia o pewnym parku”
w tematach: Elegia i W labiryncie życia i poezji
Elogio de la sombra
La vejez (tal es el nombre que los otros le dan)
puede ser el tiempo de nuestra dicha.
El animal ha muerto o casi ha muerto.
Quedan el hombre y su alma.
Vivo entre formas luminosas y vagas
que no son aún la tiniebla.
Buenos Aires,
que antes se desgarraba en arrabales
hacia la llanura incesante,
ha vuelto a ser la Recoleta, el Retiro,
las borrosas calles del Once
y las precarias casas viejas
que aún llamamos el Sur.
Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas;
Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar;
el tiempo ha sido mi Demócrito.
Esta penumbra es lenta y no duele;
fluye por un manso declive
y se parece a la eternidad.
Mis amigos no tienen cara,
las mujeres son lo que fueron hace ya tantos ańos,
las esquinas pueden ser otras,
no hay letras en las páginas de los libros.
Todo esto debería atemorizarme,
pero es una dulzura, un regreso.
De las generaciones de los textos que hay en la tierra
sólo habré leído unos pocos,
los que sigo leyendo en la memoria,
leyendo y transformando.
Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,
convergen los caminos que me han traído
a mi secreto centro.
Esos caminos fueron ecos y pasos,
mujeres, hombres, agonías, resurrecciones,
días y noches,
entresueńos y sueńos,
cada ínfimo instante del ayer
y de los ayeres del mundo,
la firme espada del danés y la luna del persa,
los actos de los muertos,
el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas.
Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,
a mi álgebra y mi clave,
a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.
przekład Andrzeja Sobol-Jurczykowskiego pt. „Pochwała cienia”
w tematach:Autoportret w lustrze wiersza i Świat chwiejnych cieni
Fragmento
Una espada,
una espada de hierro forjado en el frío del alba
una espada con runas
que nadie podrá desoír ni descifrar del todo,
Una espada que los poetas
igualarán al hielo y al fuego,
una espada que un rey dará a otro rey
y este rey a un sueño,
una espada que será leal
hasta una hora que ya sabe el Destino,
una espada que iluminará la batalla.
Una espada para la mano
que regirá la hermosa batalla, el tejido de hombres,
una espada para la mano
que enrojecerá los dientes del lobo
y el despiadado pico del cuervo,
una espada para la mano
que prodigará el oro rojo,
una espada para la mano
que dará muerte a la serpiente en su lecho de oro,
una espada para la mano
que ganará un reino y perderá un reino,
una espada para la mano
que derribará la selva de lanzas.
Una espada para la mano de Beowulf.
dwa przekłady: Andrzeja Sobol-Jurczykowskiego pt. „Fragment”
w temacie Narzędzia – przedłużenie człowieka i Leszka Engelkinga
pod tym samym tytułem w temacie Archetypy i symbole w poezji
La rosa
La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín de la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.
przekład Leszka Engelkinga w tematach:
Kwiaty i Archetypy i symbole w poezji
Antelación del amor
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.
przekład Leszka Engelkinga pt. „Przeczucie miłości” w temacie Miłość
La Iluvia
Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
przekład Krystyny Rodowskiej pt. „Deszcz” w temacie
W czasie deszczu nudzą się dzieci, ale nie poeci
Cristo en la cruz
Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra.
Los tres maderos son de igual altura.
Cristo no está en el medio. Es el tercero.
La negra barba pende sobre el pecho.
El rostro no es el rostro de las láminas.
Es áspero y judío. No lo veo
y seguiré buscándolo hasta el día
último de mis pasos por la tierra.
El hombre quebrantado sufre y calla.
La corona de espinas lo lastima.
No lo alcanza la befa de la plebe
que ha visto su agonía tantas veces.
La suya o la de otro. Da lo mismo.
Cristo en la cruz. Desordenadamente
piensa en el reino que tal vez lo espera,
piensa en una mujer que no fue suya.
No le está dado ver la teología,
la indescifrable Trinidad, los gnósticos,
las catedrales, la navaja de Occam,
la púrpura, la mitra, la liturgia,
la conversión de Guthrum por la espada,
la inquisición, la sangre de los mártires,
las atroces Cruzadas, Juana de Arco,
el Vaticano que bendice ejércitos.
Sabe que no es un dios y que es un hombre
que muere con el día. No le importa.
Le importa el duro hierro con los clavos.
No es un romano. No es un griego. Gime.
Nos ha dejado espléndidas metáforas
y una doctrina del perdón que puede
anular el pasado. (Esa sentencia
la escribió un irlandés en una cárcel.)
El alma busca el fin, apresurada.
Ha oscurecido un poco. Ya se ha muerto.
Anda una mosca por la carne quieta.
¿De qué puede servirme que aquel hombre
haya sufrido, si yo sufro ahora?
przekład Krystyny Rodowskiej pt. „Chrystus na krzyżu”
w temacie Wiersze na Wielki Tydzień i Wielkanoc
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